divendres, 28 de març del 2008

The Perfect Storm




Que la política y quienes la practican son de lo más corrupto no es un secreto a voces, más bien es algo tristemente aceptado, aún cuando no debería serlo. Somos inconformistas, no porque la madre naturaleza nos haya hecho así, sino porque así lo quiere la sociedad en la que nos movemos. Los que no tienen dinero ni poder aspiran a ello, y los que los poseen, quieren más. De lo uno y de lo otro, nunca hay suficiente.


Vivimos en un país donde pocos hay que quieran gobernar por ayudar a construír un mundo mejor, la mayoría lo hace por medrar y tener un sueldo vitalicio, amén de practicar el nepotismo a pequeña o gran escala, depende del tiempo que tarden en pillarles.


Como en todas partes cuecen habas, las empresas no se salvan de ese "amiguismo" feroz. Con tanto enchufado es increíble que no salten los diferenciales provocando apagones masivos. Y mira, si los susodichos son eficientes todavía, pero como sean un estorbo vas aviado porque o tu paciencia es digna de encomio y aguanta lo que le echen o acabarás buscándote otro lugar donde prestar tus servicios, que aquí lo que manda, además de don dinero, es la salud mental.


Las nubes que hoy nos acompañanan no están solo en el cielo, también mi cabeza parece un algodón sucio. Y se acerca la tormenta...