Y ha llegado el momento de pegarle un repaso al año que termina.
Lunes, martes, miércoles mirando hacia el mar, es un buen lugar para irse a olvidar... Durante meses y meses, lo único que he hecho ha sido esto.
Yo tenía muchas cosas que olvidar. Y mucho por aprender también. 2007 no ha sido el año que tenía pensado. Los años impares me gustan mucho más que los pares y puedo añadir que el 7 es mi número favorito, seguido muy de cerca por el 13, sea porque no soy supersticiosa o por provocarles un ataque de apoplejía a los que sí lo son. En fin, que creía que un año acabado en el número mágico por excelencia debía traerme experiencias magníficas. Y no lo ha sido. Al menos, no especialmente especial ni lleno de maravillosas sorpresas, aunque ha tenido sus momentos.
El hecho de no trabajar te permite tener horas de sobra para analizar cualquier situación. Haz la prueba. Cojes un hecho, el que sea, y lo miras desde arriba, desde abajo, por un lado, por el otro y de forma oblicua o transversal; es como tener el cubo de rubik ante los ojos mientras piensas cuantos movimientos vas a tener que hacer para que cada cara tenga el mismo color. Algunas veces disponer de tanto tiempo es una suerte, otras se convierte en una pesadilla, porque ves más de lo que es.
Este ha sido un año de reflexión, de profundidades. De monumentales descubrimientos interiores. De observación. De distancias. Un punto y aparte.
Cada vez pierdo menos frecuentemente la calma, aunque cuando la pierdo, la pierdo de verdad. He necesitado un mes de encierro para aprender a distanciarme de la gente. No porque no los quiera, o los quiera menos, sino porque no puedo ser el contenedor en el cual van a verter todos los problemas.
Cuento en mi haber dos nuevos amigos, a pesar de que alguien que consiguió que, aún a regañadientes acabara confiando en él, me haya defraudado mucho.
Sin esperarlo encontré trabajo; tener gente que te aprecia y valora lo que haces y cómo lo haces supone algo de lo que sentirse orgullosa.
Lunes, martes, miércoles mirando hacia el mar, es un buen lugar para irse a olvidar... Durante meses y meses, lo único que he hecho ha sido esto.
Yo tenía muchas cosas que olvidar. Y mucho por aprender también. 2007 no ha sido el año que tenía pensado. Los años impares me gustan mucho más que los pares y puedo añadir que el 7 es mi número favorito, seguido muy de cerca por el 13, sea porque no soy supersticiosa o por provocarles un ataque de apoplejía a los que sí lo son. En fin, que creía que un año acabado en el número mágico por excelencia debía traerme experiencias magníficas. Y no lo ha sido. Al menos, no especialmente especial ni lleno de maravillosas sorpresas, aunque ha tenido sus momentos.
El hecho de no trabajar te permite tener horas de sobra para analizar cualquier situación. Haz la prueba. Cojes un hecho, el que sea, y lo miras desde arriba, desde abajo, por un lado, por el otro y de forma oblicua o transversal; es como tener el cubo de rubik ante los ojos mientras piensas cuantos movimientos vas a tener que hacer para que cada cara tenga el mismo color. Algunas veces disponer de tanto tiempo es una suerte, otras se convierte en una pesadilla, porque ves más de lo que es.
Este ha sido un año de reflexión, de profundidades. De monumentales descubrimientos interiores. De observación. De distancias. Un punto y aparte.
Cada vez pierdo menos frecuentemente la calma, aunque cuando la pierdo, la pierdo de verdad. He necesitado un mes de encierro para aprender a distanciarme de la gente. No porque no los quiera, o los quiera menos, sino porque no puedo ser el contenedor en el cual van a verter todos los problemas.
Cuento en mi haber dos nuevos amigos, a pesar de que alguien que consiguió que, aún a regañadientes acabara confiando en él, me haya defraudado mucho.
Sin esperarlo encontré trabajo; tener gente que te aprecia y valora lo que haces y cómo lo haces supone algo de lo que sentirse orgullosa.
Qué me falta? Algunos dirán que lo más importante: el amor. Pese a que tengo mis días, se ha convertido en algo insignificante. Si alguien consigue captar realmente mi interés, o no es recíproco o huye cual alma que lleva el diablo, o los miedos lo paralizan, así que ya ni lo intento. He acabado anulando la parte más emocional. Me prefieres cáustica? De acuerdo, aunque no aceptaré reclamaciones cuando te des de morros con el monstruo que has contribuido a forjar.
Que no me ha ido tan mal el año? pues no, no ha ido mal del todo. Qué me depara el 2008? ni lo sé ni me importa demasiado. Podría decir eso de virgencita, virgencita, que me quede como estoy, pero nunca he creído en la concepción inmaculada, así que no puedo rezarle a alguien que ya iba contando mentiras allá por el año 0.
Y, colorín colorado, el 2007 ha terminado.
Esta vez no hay video, sino una canción de los Lax'n'busto muy apropiada para la ocasión.
Sents que és el moment
han passat els pitjors temps
Tens la millor defensa,
has patit tants cops l´ofensa
que t´has fet fort i dur com un roc.
Vius aquest moment,
el futur, per a l´altra gent.
Ara faràs la teva, recte sense distreure´t
Sense ajuts, sense plors, sense laments.
Qui ha perdut sap què és guanyar.
Ara o mai viuràs sense cap mentida
Ara o mai que la vida és aquest neguit que estira.
Cap parany et farà girar l´esquena.
Ara o mai com va ser i com tornarà a ser sempre.
Sense feblesa amb la ment encesa i a punt...
Ara o mai.
Fart d´impediments
de retrets que et tanquen més.
Una sola barrera és la que podràs admetre.
Una sola manera, un sol camí.
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