De Chartres a París.
Era Sant Jordi, el día más adecuado para pasear por la ciudad de la luz, del amor y de la cultura.
Pero recorrerse París de Norte a Sur en seis horas es cualquier cosa menos romántico.
Después de dar unas cuantas vueltas en coche por la ciudad, que tiene guasa con las indicaciones para el tráfico rodado, estacionamos el vehículo en un parking cerca de Notre Dame y empezamos el recorrido cronometrado.
Era Sant Jordi, el día más adecuado para pasear por la ciudad de la luz, del amor y de la cultura.
Pero recorrerse París de Norte a Sur en seis horas es cualquier cosa menos romántico.
Después de dar unas cuantas vueltas en coche por la ciudad, que tiene guasa con las indicaciones para el tráfico rodado, estacionamos el vehículo en un parking cerca de Notre Dame y empezamos el recorrido cronometrado.
Cruzamos el Sena por el Pont du Carrousel hacia el Louvre
Incluso pude ver la boca de metro que la vez anterior no supe localizar (y eso que está bien cerca del museo y además, se ve a la fuerza)
Un par de imágenes de cómo estaba la explanada del Pompidour, donde esta vez había una exposición temporal de Kandinsky
El Forum Les Halles, varias iglesias y directos a Notre Dame.
Una vuelta por el interior atestado de gente y hacia la otra punta de la ciudad. Destino: Sacre Coeur.
Las escaleras antes de subir
Las escaleras antes de subir
Y una vez arriba (y yo sin ventolín!)
La visita de rigor por dentro (sin fotos, que hay mucho segurata) y por fuera
Unos músicos captaban la atención de la gente
La Place du Tertre, con sus restaurantes y pintores
El gato
Desde la plaza del carrusel, que para mi siempre será la de Amelie
El Moulin Rouge
Y ya de bajada, la fuente de San Miguel (aquí ya quería meter los pies dentro...)
Puede decirse que fuimos afortunados, porque abandonábamos la ciudad, cuando David me preguntó: - y esos destellos?- Al girar la calle descubrimos lo que eran:
La última imagen que tengo de la Torre Eiffel, a través del retrovisor del coche.
Unas cuantas vueltas por Versalles, unos instantes tensos antes de encontrar el camino hacia Orleans y el cansancio acumulado de tantos kilómetros recorridos, para al final hacer la ruta a la inversa.
Otra vez en París sin entrar en el Louvre, sin entrar en el Pompidour y perdiéndome la exposición temporal de Andy Warhol en el Grand Palais.
Está claro: La ciudad de la luz sigue esperándome.
Otra vez en París sin entrar en el Louvre, sin entrar en el Pompidour y perdiéndome la exposición temporal de Andy Warhol en el Grand Palais.
Está claro: La ciudad de la luz sigue esperándome.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada