dimarts, 5 de setembre del 2006

Vuelta al cole

Si mi madre, cuando yo no levantaba más de medio metro del suelo, aunque con los años tampoco es que levante mucho más, se hubiera empeñado en comprarme unas Lelly Kelly (más que comprármelas, pretender que las llevara puestas) me habría generado un trauma de por vida. Son horteras las jodidas! Tanto plateado, dorado y purpurina me provocan ataques monocromáticos, y no precisamente de tonos vivos y pintureros.

Hasta ayer todavía pensaba que la madrugada del domingo la ibamos a pasar en el aeropuerto esperando a que cualquiera de las compañías que operan en el Prat tuviera la imperiosa necesidad de llenar un avión. Pero no, por fin tenemos destino: Londres. Cinco días no dan para mucho, pero seguro que me las arreglaré para hacer millones de fotos. Con lo que si deberemos hacer un apaño es con las temidas libras esterlinas, no por pasar de céntimos a peniques, que de cambios monetarios sabemos un rato, sino por la ruina que le comportan a un simple ciudadano que vive en un país solo medianamente caro.

Quizá llueva, quizá no. Hay transeuntes cantando y bailando, es fiesta mayor. Calles engalanadas, largas mesas para cenas vecinales, aquí las luces de navidad son perennes.

Gracias a Aka, he recuperado un grupo que hace una música elegante: Ivy. En estos tiempos, donde cada vez la gente grita más con la errónea idea de que al que más alto hable más se le oirá, da gusto escuchar algo tranquilo, sin estridencias.


Som el que ens falta; potser, també existim per defecte.

Es una frase que obliga a pensar. Porque siempre hay un más allá, otro reto, otro objetivo, otra valla que superar, otro obstáculo que vadear o saltar. Una constante carrera contrarreloj, con puertos de montaña incluídos. Y si no nos falta nada, qué somos? en qué nos convertimos?

Frase extraída del libro: "El gos autodidacte" - Marc Masdeu

Cuatro horas y cinco minutos de ópera wagneriana en alemán con subtítulos puede considerarse una hazaña? si es así, prueba superada. Si yo, que estaba en casa cómodamente apalancada, casi no lo resisto, las butacas del Liceo deben ser algo fuera de serie para que los que van a verla "in situ" resistan esa maratón dramática. Que qué dura tanto? Tristán e Isolda, tragedia en 3 actos.

El verano lanza sus últimos coletazos y de qué forma! han vuelto el calor, la humedad y los mosquitos, que me están acribillando.

Ocean city girl - Ivy