dilluns, 5 de febrer del 2007

Hidden

Debe ser cierto eso de que hay más fuera que dentro. Al menos, por lo que a algunos se refiere.
Digamos que tengo dos direcciones en msn. La que utilizo normalmente, y la primera que me creé, que mantengo por sentimentalismo y para algún que otro caso especial.

Un espontáneo me agrega en la segunda.

Su dirección: la ciudad donde vivo (al revés), seguido del número 40 con el famoso hotmail detrás. Si con estos datos adivináis cual es, tenéis mi beneplácito para alegraros el día. (Igual hasta le gusta...)

Al intentar ver el perfil no obtuve resultados, aunque no le di demasiada importancia. Como en la canción del barquito chiquitito, pasaron una, dos, tres semanas y nada, que no coincidía con mi desconocido, hasta que hace un par de días se decidió a entablar comunicación. Invitación directa a conectar la web cam.

Primera suposición: No es nadie que conozca porque todos saben que les tengo aversión especial a esos artefactos. (Pero tal vez ese conocido se haga el idiota para intentar tomarme el pelo o le haya pasado mi mail a alguien).

El segundo messenger abierto databa de la era azoica así que aparecía un mensaje comunicando que servidora estaba usando una versión más que antigua y no podía iniciar audio, video ni nada que se le pareciera. Creo, ya me diréis si me equivoco, que la misma nota que leía en mi pantalla, también le debe aparecer a la persona que me está mandando la invitación para la recepción de imágenes.

Segunda verificación: Es Mr. Magoo y no ve el mensaje que le transmite messenger, ni el mío diciendo que no uso artilugios infernales.

Con mi simpatía habitual, le hago constar que, cuando se decida a ser educado (o educada) ya dirá algo.

Su regunta: Tienes cam?
Mi respuesta: No

Aquí terminó la prolija conversación

Tercer argumento: Dialogar no es lo suyo. Autopregunta: entonces, para qué cojones se conecta?

Durante las últimas 48h recibí varios mensajes con más de lo mismo. Ante tal insistencia, acabé por abrir el polygamy, así, la próxima vez podría aceptar y quizá se mostrara menos parco en palabras.

Llegamos a hoy. Otra vez la dichosa ventanita. Acepto. Empieza a definirse una imagen. Coño! alguien sin cabeza! Solo diviso una parte del jersey y un trozo de brazo. Se intuyen unos auriculares, aunque no estoy segura. No dice nada, no escribe nada... Hasta que mi paciencia llega a su fin y suelto un: Y?

El consabido -hola, qué tal-

Bufff, cuando aprenderán a cambiar de táctica? Pero bueno, había conseguido tres palabras. Se desmelena preguntándome el nombre. Mi curiosidad vence a mi mala leche, así que le pido que me explique de donde ha salido y por qué me agregó. Gran respuesta: del messenger. (Si, ya, claro, en él estamos, pero me cuido mucho de que mi dirección, y más esa, no aparezca por ninguna parte). Como no tengo claro si es que no sabe leer o es un tarugo, reitero la cuestión. Su siguiente paso: preguntarme si quiero verle desnudo.

Cuarta conclusión: Oh, my god!

A posteriori me he preguntado qué hubiese pasado si le hubiera dicho si en vez de no, je je

He puesto fin al disparate siendo extraordinariamente educada, sugiriéndole que para divertirse, busque alguien que le de más juego, porque yo no estaba dispuesta a perder mi tiempo con alguien que no se identifica. El último paso ha sido eliminarlo de la lista de contactos y, of course, no admitirlo.

Hecho comprobado: Otro tarado para la colección.

Aunque eso no quita que siga teniendo la duda existencial de saber de dónde narices ha conseguido el pirado este mi dirección...


Dices que vas a sorprenderme,

yo te digo que no

cualquier cosa que tu te inventes,

yo ya lo hice mejor...

Ordinary day - Curiosity killed the cat

http://www.youtube.com/watch?v=UmLbpZvmH-8