Adoro mi ciudad. No porque sea la más bonita, ni la más limpia, ni la más grande, ni la que tiene los edificios más altos. Simplemente la quiero porque me siento identificada con sus rincones, por su anonimato y, al mismo tiempo, manifestación externa. Por ofrecerme todo lo que desee, por la convivencia entre lo antiguo y lo nuevo. Porque mientras todo el mundo se fija en el puente del carrer del Bisbe y su calavera, yo me fijo en las figuras que adornan el lateral del palau de la Generalitat en la misma calle
Me gusta porque el 11 de Septiembre ondea una bandera en el arco del triunfo.
Por singularidades como esta
Por la catedral de noche
Por Santa Maria del Mar, la catedral de los pobres, que es igual de bella por dentro y por fuera
Por la antorcha siempre encendida en el fossar de les moreres, donde no tienen cabida los traidores
Única. Apasionada y gélida por igual. Con sus términos medios y sus extremos. Latente. Con carácter. Mi ciudad.
1 comentari:
Hi han vegades q trobo tan a faltar Barcelona q en donen ganes de plorar...
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