divendres, 26 d’octubre del 2007

BTM 23/10/07 21:00 Silvio Rodriguez

19:59
Con mi puntualidad extrema y más en casos como este, estoy delante de la puerta de entrada del BTM, o lo que antes era el palacio de deportes de bcn. Dejo el bolso en el suelo (sufriré con estoicismo la bronca de Maria cuando lo sepa), me encasqueto el mp4 y me dispongo a esperar a que abran las puertas del recinto, porque pese a que llevo más capas que una cebolla, mis manos empiezan a presentar un color blanco azulado debido al frío. Mi peor temor en este momento? que en pleno concierto, en una de esas maravillosas baladas que canta Silvio, sufra un violento y molesto ataque de tos.

20:30 Empieza a estar moderadamente lleno. La media de edad está por encima de los treinta y muchos y el acento dominante no es el castizo precisamente. Los que se han despertado tarde hacen cola en las taquillas. Algunos avispados aprovechan para cenar, algo que no he tenido en cuenta. Espero salir tan ahíta de acordes que no me importe el hambre.

20:45 Ya ha sonado el primer timbre de aviso. Los de la primera fila se quejan ya que el escenario queda por encima de sus cabezas y necesitarán sesiones de fisioterapia para recuperarse (o aprovechar para ingresar en la comunidad de los padaung) Les ofrecen un palco algo más alejado, pero acaba por vencer el hecho de tener a Silvio a unos 5 metros. Desde la segunda fila, dónde estoy situada, no tengo problemas de visibilidad.

Hoy no hay restricciones de ningún tipo. Permiten grabar, hacer fotos y acercarnos al escenario cuantas veces queramos.



Salen a escena Rachid López, Maikel Elizarde y César Bacaró (los componentes del grupo Trovarroco) y nos ofrecen una de sus composiciones que, al mismo tiempo, sirve para templar los instrumentos. Después aparecen Oliver Valdéz (percusión), Niurka González (flauta) y, sin más dilación, él. Jersey azul, muy ancho, muy de estar por casa.

Empieza con "El necio" - yo seguiré soñando travesuras (acaso multiplicar panes y peces) - y de ahí un repaso a su extensa trayectoria musical.



En completo desorden:

"Rabo de nube", "La maza", "Mariposas", "Quien fuera", "Días y flores", "Canción del elegido", "La era está pariendo un corazón", "Angel para un final", "Canto arena", "Historia de las sillas", "Escaramujo", "Expedición".



Con "Óleo de mujer con sombrero" la gente se soltó la melena y se puso a cantar (servidora también) y él nos dejó que le acompañaramos en ese recorrido por toda una vida de canciones.

A medio concierto presentó a Karel Garcia, que interpretó un par de temas, mientras Silvio y compañía se daban un pequeño respiro. Después, otra vez al ataque. Bromas sobre componer en Madrid o Barcelona, anécdotas como la de la fan que lanzó un unicornio al escenario y otra aprovechó para decir que por fin habían encontrado al que se le perdió...; creo que disfrutamos de uno de sus mejores conciertos.

Con "Ojalá", "Playa Girón" y "Pequeña serenata diurna" se despedía de un público entregado por completo.



¿Por qué la gente siempre pide las mismas canciones? ¿es que solo se saben esas? Me gustó que el repertorio no estuviera únicamente constituído por lo que más le piden, y todavía me habría gustado más si se hubieran incluído canciones como "Te conozco", "Abracadabra", "La guitarra del joven soldado", "Juego que me regalo un 6 de enero", "Casiopea", "Desnuda y con sombrilla", "Por todo espacio, por todo tiempo", "Lo que quisiste ser", "Derecho humano", "Quédate", "Camelot", "Verónica del mar" o "Más de una vez"

Dos horas y algo más de propina. Gente de todas las edades (hasta un niño al que se escuchaba llorar entre canción y canción), experimentando emociones distintas y al mismo tiempo iguales, todos deseando que no terminara.