dissabte, 25 d’octubre del 2008

Sideways


Discover Isobel Campbell!


De verdad de la buena que a veces somos rematadamente tontas! O serán pruebas a las que nos somete don diablo para que no nos canonicen cuando ya todo nos importe un bledo. Por qué? por meternos en un bar donde se celebraba la noche Jack Daniels pero con nuestro sentido de la responsabilidad tan bien arraigado, pedirnos sendas cokes, no fuera que nos hicieran un control de alcoholemia, diera positivo y tuviésemos que pasar la noche al raso, con la innumerable cantidad de alimañas noctámbulas de deambulan entre Castefa y Manresa.

En mi opinión, los solitarios que frecuentan los bares me parecen muy tristes.

Como el mar posa restos de naufragios en la arena, así la vida lanza a nuestros pies pedazos de sueños rotos. Pero el tiempo no pasa en balde, la carga a nuestras espaldas se ha multiplicado, nos hemos vuelto escépticos y el cinismo se ha instaurado en el trono.

Los hombres de mi vida se asemejan a un boomerang. Por mucha distancia que ponga, pasen lustros o décadas, acaban volviendo de nuevo. Y tener a los fantasmas, no solo de las navidades pasadas, sino de las otras y las otras y las otras, repitiendo the same old scene no acaba de dejarte evolucionar correctamente.

Acabo de cometer un tremendo error del que más pronto que tarde sé que me voy a arrepentir: he creado una cuenta en el Facebook. Si, dije alguna vez que jamás lo haría, pero si Sean Connery fue capaz de volver a ponerse en la piel de 007 después de haber dicho never again, yo también puedo cambiar de opinión, no? Me he pasado horas investigando y todavía no sé para qué sirve, pero alguna utilidad le acabaré encontrando. Mientras visitaba perfiles, añadía amigos y chafardeaba sobre los amigos de mis amigos, me preguntaba si será cierta la tan cacareada teoría de los 6 grados. Tal vez pueda verificarla o descartarla por completo. Lo estudiaré.

En uno de esos arrebatos navegantes que me suceden de vez en cuando, he descubierto unas tarjetas para Halloween con una buena dosis de ironía.

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El miércoles asistí por mandato expreso de gerencia a la presentación de los nuevos cursos del Fesalc (Federació de Societats Laborals de Catalunya.) Además del que ya hice sobre lideraje, del cual tengo un bonito diploma que lo acredita, y del de inglés, que todavía tienen que mandarme, hay uno de gestión de recursos humanos online que me interesó lo suficiente como para no ponerme a hacer sudokus (me he aficionado y ya consigo hacerlos a velocidades supersónicas), pero lo que me dejó perpleja fue, en el turno de preguntas por parte de los asistentes, que cierto individuo preguntara si los cursos estarían disponibles en castellano. Los responsables respondieron que no, que los habían creado en catalán y de momento no tenían previsto programarlos en otros idiomas. Fueron comedidos, por supuesto, pero yo le habría contestado que dado el nombre de la federación, preguntar tal cosa era una necedad. Si quieres cursos en castellano, existe una federación española a la que puedes pertenecer, donde hacen exactamente lo mismo. Y si estás en ésta, ya sabes, intégrate.

3 eternos días con sus correspondientes noches de migraña no dan para más.