No las tenía todas conmigo debido a las inundaciones producidas en Asturias el día anterior, pero después de una llamada para asegurarme de que no habían cortado las carreteras, me metí en el autocar dispuesta a pasar unas cuantas horas de incomodidad hasta llegar a Gijón.
Mi primer error fue no preveer que no se harían paradas. Desde la hora del desayuno hasta las 7 de la tarde sin comer nada y todos a mi alrededor con provisiones!
Si tenía alguna duda de que el mal tiempo pararía solo porque yo quería que así lo hiciera, su constante presencia demostró de forma contundente que los dioses no tenían la intención de escucharme.
Mi primer error fue no preveer que no se harían paradas. Desde la hora del desayuno hasta las 7 de la tarde sin comer nada y todos a mi alrededor con provisiones!
Si tenía alguna duda de que el mal tiempo pararía solo porque yo quería que así lo hiciera, su constante presencia demostró de forma contundente que los dioses no tenían la intención de escucharme.
Pablo me esperaba en la estación de autobuses para acompañarme al hotel
Pese al cansancio acumulado de varios días más las horas de autocar, no era cuestión de pararse a descansar entonces, así que nos fuimos a recorrer las calles de Gijón.
Bonito temporal
Pozo de la Barquera
Muralla romana de Cimadevilla
Playa de San Lorenzo con la marea baja
Y con marea alta. Como para estar con la toalla...
Siempre me han gustado los graffitti de las fachadas
Unas botellas de sidra, magnífica cena en el Restaurante Terranova, un paseo por la playa con un paraguas que poca agua paraba... Y a descansar, que al día siguiente tocaba más.
Dediqué el "free time" de la mañana del sábado a vagar sin rumbo fijo.
Justo delante del hotel donde me alojaba, en la c/ San Esteban, los soportales
Encontré el Café de Ra
La Playa de Poniente
Fuera donde fuera, todo me recordaba a Poblenou
Es una sensación extraña saberte la única paseante
Ni idea de qué es, pero me atrajo la forma de pagoda
Edificio del Banco Urquijo
También aproveché para comprarme un calzado acorde con tanta agua; debo resaltar la amabilidad de la dependienta de la zapatería.
El Restaurante "Terra Astur", con sus botellas de sidra colgadas del techo
Y lo que me costó enganchar al muchacho escanciando!
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