dimarts, 23 de gener del 2007

Bad boys

Recopilado del libro "Los hombres malos llegan a todas las camas" de Angela Voss e Ingrid Jenckel.
Algo para imprimir, utilizar uno de esos bonitos imanes que la mayor parte tenemos en la nevera y, porque no, en todos los armarios y lugares de la casa donde podamos tenerlo a la vista, para no olvidarnos jamás.
Ritual de la conquista:

01.- El “chico malo” nos da a entender que nos quiere.
02.- Nos lo creemos
03.- Nos hace ver que sólo somos una más del montón, o bien desaparece de repente
04.- Nos esforzamos / luchamos por él
05.- No sabemos nada de él
06.- Nos rendimos
07.- Vuelve al ataque
08.- Le decimos que no pero con un tono que en realidad expresa un “quizá”
09.- Se esfuerza / lucha por nosotras
10.- La fatalidad sigue su curso

Ritual del desprecio:

01.- El “chico malo” nos quiere por cualesquiera que sean sus motivos
02.- Le mostramos lo mejor de nosotras, nuestros encantos le abruman
03.- De ninguna manera puede permitir que acabemos gustándole
04.- Nos quiere de todas formas
05.- Busca un defecto en nosotras y encuentra un montón de ellos
06.- Sigue queriéndonos
07.- Acciona el freno de emergencia y nos deja claro que no valemos la pena y que no piensa tomarnos en serio
08.- Nos lo creemos (en general) y entonces nos sentimos diminutas
09.- Así es como nos quiere ver y es de este modo como nos consigue
10.- La fatalidad sigue su curso

Cabe recordar que si se distingue a tiempo el mecanismo del “chico malo” él lo cancelará como muy tarde después del paso 5 y se retirará a un lugar seguro.

Ritual de defensa ante la proximidad:

01.- El “chico malo” se ha decidido por una mujer
02.- De inmediato, debe quitarle peso a esta determinación y lo mejor para ello es engañarla
03.- La afectada se entera de la nueva situación por el comportamiento llamativo e indiscreto de su compañero
04.- La afectada se siente profundamente herida y busca la culpa del engaño en sí misma
05.- El “chico malo” vuelve a confirmarle el inmenso amor que siente por ella
06.- Ella intenta acercarse a él haciendo como que le “comprende”
07.- Su comprensión hace que él se lance inmediatamente a los brazos de otra
08.- Ella comienza a sentirse profundamente herida (véase punto 4)
09.- Él puede volver a vivir tranquilo
10.- La fatalidad sigue y sigue
MANUAL
1.- Procure no compadecerse del “chico malo”. Necesitará su propia compasión para usted misma.

2.- Deje de pensar que es usted la única persona que puede entenderle y hacerle feliz. Eso es lo que todas piensan, tanto las que hubo antes que usted, como las que habrá después. Incluso las que hay al mismo tiempo que usted.

3.- No piense ni por un momento que a usted no la engañará. Sin duda alguna, las escapadas extra matrimoniales serán el pan de cada día.

4.- No se engañe pensando que precisamente con usted, él desea mantener una relación seria. Seguro que ni se lo ha planteado.

5.- Esté siempre alerta. Le hará creer que no es usted suficiente y la comparará con otras mujeres. No le dé ninguna importancia. Lo único que quiere conseguir es tenerla a su merced. Si aun así quiere comprometerse con él, guarde las distancias emocionales. Disfrute de todo lo que le ofrezca, pero no se enamore de él. Pregúntese a sí misma: ¿de veras me daría igual que se acostase con otra? Si la respuesta resulta afirmativa, va usted por buen camino, aunque en ese caso es mejor que se plantee en serio si le necesita de verdad.

6.- No se preocupe por sus progresos, es decir, aléjese de su trabajo, de su profesión y de su empresa. A usted sólo tienen que importarle sus propias ocupaciones.

7.- No le consienta. Él puede cuidar de sí mismo. Es mejor que se haga usted la manicura a que se levante a media noche para prepararle un salmón a la crema con salsa de arándanos. Si no, tarde o temprano la terminará viendo como su sirvienta.

8.- Reconozca a tiempo sus rituales de desvalorización y no se deje pisotear. Recuerde que usted también tiene sus propios recursos. A veces resulta de gran ayuda recurrir a sus debilidades: al fin y al cabo, sólo es un hombre; no hay por qué ponerlo en un pedestal.

Si sigue las instrucciones de este manual al dedillo, puede estar segura de que él empezará a distanciarse de usted, como quien no quiere la cosa. Le molesta que no respetemos las reglas de su juego. Sin embargo, irá reapareciendo en su casa de vez en cuando para darle una alegría al cuerpo. Le cuesta creer que pueda resistirse a sus indudables encantos y siempre volverá a acostarse con usted para ver si consigue ponerla de nuevo a sus pies.