Ando por el pasillo y pienso que me gusta la luz indirecta que tiene la habitación desde que he cambiado el salvapantallas. Negro y rojo con círculos concéntricos, una niña negativizada y un gato.
"Un minuto de silencio". No hay como que te despidan, te quedes sin casa y no encuentres trabajo para saber lo feliz que se puede llegar a ser. Destila optimismo, tanto, que provoca dentera.
"La maldición de la flor dorada". Con toda la perfección visual a la que nos tiene acostumbrados Zhan Yimou, aunque después de ver varias películas suyas, empiezo a pensar que es un imperialista redomado, porque en todos sus largometrajes, el único que acaba vivito y coleando es el rey, el emperador o quien sea que mandara en ese momento.
"Mia Sarah". Fernando Fernan Gomez haciendo de él mismo. Por lo demás, no hace falta perder el tiempo para verla.
"The Darwin Awards. Muertes de risa". De policía a investigador de seguros. Muertos si, pero de aburrimiento, incluso con el cameo de Metallica. De lo peor que he visto últimamente.
"Dejà vu". Si, yo también he vivido antes esto. Remasterizada y con tecnología futurista pero, si dejamos el argumento pelado, no os recuerda a un gran clásico de Otto Preminger donde el policía se enamora de la víctima de un asesinato a través de un cuadro? En "Laura" la muerta no lo estaba, que estaba de parranda y aquí la máquina del tiempo experimental permite viajecitos espacio-tiempo para que el chico bueno no se quede sin pareja en el futuro.
"El buen pastor". O cómo convertirse en un cabroncete al servicio de la patria. Robert de Niro rodeado de un buen elenco. Matt Damon, como siempre, soberbio, totalmente inexpresivo. Skulls and Bonnes, primero ellos y después dios. Estaría totalmente de acuerdo si no fuera porque sé que Bush piensa lo mismo.
Pasaba por la calle Avila y justo delante del edificio que tan bien conozco mi mirada ha quedado presa en otra. Del susto casi freno en seco la moto. Joan, el informático a quién bauticé con las tres "i"; creo que desde entonces le cogí el gusto a las palabras que empiezan por esa letra. Para acabar de redondear una semana que ha estado marcada por el retorno en masa de personajes del pasado, solo faltaría tener noticias de cualquiera de mis ex y se convertiría en un éxito apabullante. Si aparecen todos de golpe supongo que después podré continuar sin tener que mirar atrás durante unos cuantos años. Señor, qué cruz!
Pasaba por la calle Avila y justo delante del edificio que tan bien conozco mi mirada ha quedado presa en otra. Del susto casi freno en seco la moto. Joan, el informático a quién bauticé con las tres "i"; creo que desde entonces le cogí el gusto a las palabras que empiezan por esa letra. Para acabar de redondear una semana que ha estado marcada por el retorno en masa de personajes del pasado, solo faltaría tener noticias de cualquiera de mis ex y se convertiría en un éxito apabullante. Si aparecen todos de golpe supongo que después podré continuar sin tener que mirar atrás durante unos cuantos años. Señor, qué cruz!
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada