dilluns, 24 d’octubre del 2011

Lies & Illusions



Erase una vez... un niño que mentía más que hablaba, y mira que eso es difícil...  

Y cuando mentía le crecía la nariz.  

Ah no coño, que ésto es Pinocho!

Bien, no hablaré de un muñeco de madera, pero quiero hablar de Pepito Grillo. 

Todos tenemos el nuestro dentro. Ese que nos dice que no estamos obrando bien, que todo tiene un precio y que lo que hagamos va a volverse en nuestra contra más pronto o más tarde.

Mi Pepito Grillo particular no susurra éste tipo de cosas en mi oído, porque él sabe que soy de una ingenuidad escandalosa a veces. Él me está susurrando constantemente que alguien va a pegarme una puñalada por la espalda.

Y yo, qué queréis que os diga... primero encerré a Pepito Grillo en la despensa, para ver si desde allí dentro no lo escuchaba. Pero el muy maldito sigue y sigue y empieza a tenerme muy cansada.

A veces vemos cosas que no queremos creer, porque nuestra mente se niega a procesar los datos que tenemos a nuestro alcance.

Pero cuando te tomas un momento para pensar, cuando racionalizas, cuando nada perturba tu lógica, de pronto se enciende la bombilla y exclamas: Eureka! Y en ese momento te estrellas contra la pared, porque no estabas mirando.

Esa frase que dice que los árboles no te permiten ver el bosque... Yo creo que a veces el bosque entero no te permite ver un solo árbol, ese árbol que está podrido pero con sus raíces intactas esperando a invadir el suelo para inocular su podredumbre al resto.

Algo huele mal...

Y Pepito Grillo tiene un olfato más fino que el mío.


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1 comentari:

Anonymous ha dit...

Jenny...